Maribel y la extraña familia, de Don Miguel Mihura

Sobre esta comedia de Miguel Mihura escribió Francisco Ruiz Ramón en su Historia del teatro español del siglo XX lo siguiente:

“En esta obra, Maribel, la prostituta, vista desde la mirada inocente y paradisiaca de doña Paula y de doña Matilde, podrá llegar a ser aquello que la mirada impura y contaminante de la sociedad le impedía llegar a ser. La tesis de esta pieza podía ser: somos lo que nos hacen y según nos ven.Lo prostituido no es el individuo, sino la mirada cuya viscosidad y cuya capacidad operativa revela la podredumbre interior de una sociedad enmascarada bajo los buenos principios y las buenas palabras. Basta, justamente, mirar desde fuera de esa mirada social para que la realidad recobre su ser original. Mihura utiliza también en la construcción dramática, a partir del segundo acto, elementos de la pieza policiaca y de misterio. (...)

Tras aquel arranque extraordinario, “renunció al humor grave, hondo, necesario, que constituye la más original y valiosa veta de su dramaturgia, para dar cada vez mayor cabida al ingenio y a la comicidad más fáciles y menos radicales.”