TEOTIHUACÁN

Con el nombre de Teotihuacán, palabra azteca que significa "lugar donde uno se convierte en dios", se designa una de las ciudades más impresionante sde toda la América precolombina. No en vano fue construida al noreste del valle de México, como cabeza visible de uno de los primeros imperios que existieron en el continente americano. Imperio que, además, se mantuvo vigente a lo largo de un espacio de tiempo muy dilatado: desde finales del período Formativo (siglo I aC), hasta prácticamente la conclusión del período Clásico (siglo IX dC).
El declive de Teotihuacán, no obstante, se remonta a una fecha más antigua, ya que hacia el año 650 la ciudad padeció un incendio que conllevó, junto con otras cuasa de carácter político y económico, el abandono paulatino de sus edificaciones. Pero antes de que esto sucediera, se calcula que el solar urbano tendría como mínimo una superficie de unos 30 km2, así como una población cercana a los 200.000 habitantes.
Con todo, el área de dominio de Teotihuacán afectó también a numerosos valles mexicanos e incluso dejó notar su radio de influencia en las tierras del altiplano guatemalteco; de ahí que el territorio teotihuacano pudiera tener, en su momento de mayor esplendor, una población aproximada de medio millón de habitantes.

Respecto a su URBANISMO, la ciudad de Teotihuacán es uno de los primeros ejemplos de planificación urbana de toda la América precolombina. Más aún: se puede afirmar que dicha planificación no solo afectó a las edificaciones del centro ceremonial, sino también a las áreas más alejadas de la ciudad, donde los conjuntos residenciales se trazaron en cuadrícula y donde las construcciones se encuentran perfectamente orientadas hacia el este.
Además, la ciudad presenta una infraestructura sorprendente para su época:
1.- Se canalizaron los ríos y los arroyos que cruzaban el solar urbano.
2.- Se construyeron depósitos para el acopio de agua de lluvia.
3.- Se levantaron síolos para almacenar las cosechas.
4.- Se dejaron espacios libres apra poder celebrar los mercados.
5.- Se edificaron casas para albergar a los visitantes.
Convirtiéndose así... en una ciudad funcional y racional.



Tal y como se ha mencionado, en los alrededores de la ciudad se ubican numerosos edificios residenciales que presentan un canon a la medida del hombre y se distribuyen en torno a un patio central a cielo abierto.
A este patio, que se halla a un nivel más bajo que el suelo circundante, vierten los pórticos y las estancias de su interior, donde es posible que vivieran grupos humanos unidos por relaciones de parentesco o bien por actividades artesanales comunes. De hecho, se trata de una arquitectura proyectada para configurar un hábitat donde las personas pudieran realizar sus quehaceres cotidianos. Lo cual no quiere decir, como revelan los altares y los pequeños templos descubiertos en los patios de casi todos estos edificios, que en ellos no se efectuaran también ceremonias religiosas de carácter más privado e intimista.
Dentro de estas construcciones residenciales, las hay que recurren a las decoraciones en relieve e incluso a los ciclos de pintura mural, pudiendo concluir que Teotihuacán es una ciudad con la clara intención de combinar la arquitectura con las restantes disciplinas artísticas.

Por lo que respecta a las CONSTRUCCIONES DEL CENTRO CEREMONIAL, en Teotihuacán se desarrolló la tipología arquitectónica de la PIRÁMIDE DE CUICUILCO, esto es, la idea de una estructura de forma piramidal que sirviera de sustentación a un templo sobre su cima.
Además, como pone de relieve en la famosa PIRÁMIDE DEL SOL o en la PIRÁMIDE DE LA LUNA (ambas construidas en las fases iniciales de la ciudad), se superó el modelo de Cuicuilco y se modificó la planta circular a favor de un diseño de la base cuadrada o rectangular.
Asimismo, en las caras exteriores de alguans pirámides se utilizó por primera vez el sistema de tablero sobre talud o combinación de un tablero o muro de perfil recto, enmarcado por prominentes molduras, bajo el que se dispone el paramento con un talud más o menos pronunciado. Este sistema, típico de la ciudad de Teotihuacán, contribuye a remarcar la horizontalidad de las construcciones y a romper la monotonía del conjunto arquitectónico; así como señalar que las molduras de los tableros originan en las fachadas unos juegos de claroscuro muy potentes y contrastados.


Pirámide del sol

En cuanto a la ubicación de las estructuras piramidades, éstas se erigen delante de plazas o de patios a cielo abierto, pero también al fondo de grandes avenidas.

Respecto a la PIRÁMIDE DE LA LUNA, conviene destacar que se halla situada al final del "Camino de los Muertos", una singular calzada que, con 2 km de longitud y con una ligera pendiente, hace las veces de auténtica columna vertebral de la ciudad. Ahora bien, tanto si estas estructuras se encuentran alrededor de plazas como al final de grandes avenidas, todas ellas cumplen con su finalidad de servir de marco escenográfico para la celebración de las ceremonias religiosas.


Pirámide de la Luna

Respecto al TEMPLO DE QUETZALCÓATL, de hacia el siglo III, y que está emplazado en un lateral del patio interior de la Ciudadela (una especie de plataforma con una longitud de 400 m y sobre la cual se disponen varias pirámides, templos y altares), está formado por 6 cuerpos escalonados, y tiene la particularidad de exhibir en los frentes de sus tableros una rica decoración monumental:
En primer lugar, imponentes cabezas en altorrelieve, que representan tanto a Quetzalcóatl, dios de la vida y de la fertilidad, como posiblemente a Tláloc, dios de la lluvia.
En segundo lugar, relieves más planistas, e inclusive más abstractos, que muestran motivos de conchas y de caracolas marinas.
Al interés iconográfico de todos estos relieves, que en el caso de las cabezas citadas casi rozan la escultura de bulto redondo, se suma la circunstancia de que fueron labrados sin la ayuda de instrumentos metálicos.
De cualquier modo, el estilo resultante oscila entre un expresionismo muy violento y una estética de connotaciones más esquemáticas y geométricas.


Templo de Quetzalcóatl


Relieves en Quetzalcóatl


Cabezas en Quetzalcóatl

La gran etapa de la estatuaria teotihuacana es el período denominado Miccaotli, enmarcable entre los años 150 y 250, al cual pertenece la escultura monimental más famosa de la ciudad: la Chalchiuhtlicue o diosa de las aguas.
Esta escultura, descubierta en las inmediaciones de la Pirámide de la Luna y conservada en el Museo Nacional de Antropología de México, llama la atención del espectador porque tiene una atura de más de 3 metros y un peso aproximado de 22 toneladas. Sin embargo, exhibe en sus caras unos relieves de factura rígida y de escaso resalte, a la vez que muy lineales y sin apenas tridimensionalidad.


Estatua de Chalchiuhtlicue


Sala de Teotihuacán en el Museo Nacional de Antropología de México.

Otras esculturas de interés es el Tláloc de Coatlinchan; el Vaso de sacrificios, del Museo Británico, o la imagen del Dios del fuego, del Museo de Viena, cuyas características comunes son el hieratismo, geometrismo, estatismo y frialdad.
Se considera que todas estas esculturas tuvieroin que ser realizadas sin ayuda de instrumentos metálicos, puesto que en América los útiles de cobre o bronce no se generalizaron hasta fechas muy tardías.
Las herramientas utilizadas fueron, por tanto, de piedra y de hueso. Y con este utillaje tan elemental, los artífices teotihuacanos extraían las piedras de las cantera; luego, las labraban con suma delicadeza y, finalmente, las pulimentaban a base de frotar sus superficies con agua y arena. Estos procedimeintos eran idénticos a los empleados por los pueblos neolíticos de otros continentes, aunque obviamente, las obras americanas tienen una mayor calidad artística y un dominio de la técnica más depurado.


Tláloc de Coatlinchan (Dios de la Lluvia)


Dios del Fuego