El canibalismo sexual de las arañas
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El canibalismo sexual de las arañas
Canibalismo sexual
¿Por qué después de mantener una satisfactoria relación sexual algunas arañas hembra suelen comerse a su pareja? Según un estudio publicado en el último número de la revista American Naturalist no es nada personal. Sencillamente, cuando están hambrientas, las hembras tratan de merendarse a su compañero tras aparearse. Pero sólo cometen el acto de canibalismo sexual cuando el tamaño relativo del macho es mucho menor. Por ejemplo, la famosa viuda negra (Latrodectus matans) suele pesar treinta veces más que el macho, quien suele ser devorado para fortalecer a la futura madre y asegurar una buena puesta. Sin embargo las hembras de otra especie exótica, la araña lobo (Hogna helluo), nunca se comen a sus parejas si son corpulentas. En el mundo de los arácnidos, asegura el investigador y coautor del trabajo Shawn Wilder, el tamaño es mucho más importante de lo que pensábamos.
En cualquier caso, los machos no siempre se resignan a su destino. Algunos esperan a que la hembra esté entrentenida con la captura de otra presa para copular. Otros, como los machos de viuda negra, suelen enredar a su pareja con hilos de seda poco antes de aparearse. De esta forma limitan sus movimientos y pueden escapar una vez consumado el acto.
¿Por qué después de mantener una satisfactoria relación sexual algunas arañas hembra suelen comerse a su pareja? Según un estudio publicado en el último número de la revista American Naturalist no es nada personal. Sencillamente, cuando están hambrientas, las hembras tratan de merendarse a su compañero tras aparearse. Pero sólo cometen el acto de canibalismo sexual cuando el tamaño relativo del macho es mucho menor. Por ejemplo, la famosa viuda negra (Latrodectus matans) suele pesar treinta veces más que el macho, quien suele ser devorado para fortalecer a la futura madre y asegurar una buena puesta. Sin embargo las hembras de otra especie exótica, la araña lobo (Hogna helluo), nunca se comen a sus parejas si son corpulentas. En el mundo de los arácnidos, asegura el investigador y coautor del trabajo Shawn Wilder, el tamaño es mucho más importante de lo que pensábamos.
En cualquier caso, los machos no siempre se resignan a su destino. Algunos esperan a que la hembra esté entrentenida con la captura de otra presa para copular. Otros, como los machos de viuda negra, suelen enredar a su pareja con hilos de seda poco antes de aparearse. De esta forma limitan sus movimientos y pueden escapar una vez consumado el acto.
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